Etapa 1ª. Burgos-Hornillos del Camino
Es 5 de junio de 2012. Temprano por la mañana salimos de Madrid con destino Burgos donde tengo previsto iniciar mi particular versión del Camino de Santiago. Voy a comenzar una andadura que desde siempre he tenido ganas de hacer y que ahora, por fin, se va a hacer realidad. Me doy cuenta de que conozco muy poco sobre lo que me espera.
En Burgos me acerco a la catedral y empiezo a comprobar cuántos peregrinos hay ya por las calles, a pesar de que en mi opinión estamos a principios de la temporada. Primer sello en la credencial en la propia catedral y primeras oraciones para no perder de vista que, a pesar de las mil caras que tiene el Camino, se trata ante todo de una peregrinación (figura 1).
Mi mujer, Isabel, me acerca hasta el río Arlanzón y allí, después de hacer un par de fotos, inicio mi Camino en solitario, por las calles que salen de la ciudad. Es un soleado día de junio no excesivamente caluroso, ideal para caminar.
Al poco de salir de Burgos me encuentro con dos peregrinas de Bilbao, Henar y Cristina. Están igual de despistadas que yo porque han empezado también su andadura en Burgos, habiéndose trasladado en autobús desde Bilbao. En seguida empezamos a intercambiar las preguntas de rigor: ¿De dónde eres? ¿A dónde vas? ¿Cuándo has empezado? ¿Hasta dónde piensas ir hoy?
Figura 1. La catedral de Burgos |
Con toda naturalidad empezamos a hacer el Camino juntos y así pasaremos los primeros días.
Esta primera etapa es corta (18,3 km) y hacia las 3 de la tarde llegamos a nuestro primer destino, Hornillos del Camino. Los tres empezamos a tener problemas de ampollas en los pies pero por el momento no son muy graves.
Hornillos del Camino es un pueblo muy pequeño, con un albergue bastante feo y viejo, una iglesia grande y un único bar. Al llegar ya está lleno el albergue lo que nos enseña que hay que llegar antes al sitio de destino y que el alojamiento no está garantizado. Hay un cartel que indica que la hospitalera volverá a las 5 de la tarde. No queda más que esperar tomando algo en el bar de Manolo (figura 2).
Figura 2. Esperando a la hospitalera en Hornillos del Camino |
A la hora de cenar no hay más remedio que volver a casa Manolo, donde todos los peregrinos hacemos cola esperando conseguir una mesa en el pequeño local. Por fin logramos cenar nuestro primer menú del peregrino y compartimos mesa con un peregrino francés, Claude, que nos explica que viene andando desde el centro de Francia y lleva recorridos unos 800 km, lo que a unos novatos como nosotros nos parece inverosímil, sobre todo teniendo en cuenta que Claude es sin duda sesentón.
Nos cuesta dormirnos porque el cuerpo no está acostumbrado a eso de acostarse a las 9 de la noche, cuando todavía es pleno día.